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           SEMÁFORO

El semáforo, es un elemento coordinador de la circulación vehicular y peatonal en la vía pública.

En sus orígenes, eran mecánicos y poseían solamente el verde y el rojo. Con el tiempo se incorporó el color ámbar, (amarillo). Trajo aparejado un gran avance tecnológico, teniendo en cuenta que esa tarea era realizada por personal vial. No obstante, nunca remplazará el sentido común empleado por el ser humano.

El color rojo se incorpora en la parte superior, debido a que es el ángulo de mayor visibilidad, teniendo en cuenta el peligro que ese color manifiesta como código internacional.

Debemos considerar al semáforo, como una señal lumínica, dentro de las señales verticales, que conjuntamente con las señales horizontales y la autoridad competente, (inspector-Agente), son los responsables en la circulación.

El ojo humano, no está preparado para percibir todos los colores, en este caso, los colores elegidos para la coordinación del semáforo, son perfectamente visibles, y además se le colocan un sistema lumínico para incrementar esa visibilidad.

No solo está prohibido, no respetar el semáforo, sino que es considerada una falta grave, a la seguridad de las personas.

Lamentablemente, no solo, no se respetan (especial- mente de noche), sino que encima se los llevan por delante con el vehículo.

Como elemento implantado en la vía pública, es agredido por los transeúntes, pegándole propaganda, rompiendo las luminarias, etc.

Tenemos que aprender a acatar y cuidar los elementos colocados en la vía pública, ellos nos protegen y nos dan seguridad; pero, de nada sirve si no lo respeta- mos.

El color rojo, determina que debemos detenernos; en cambio el color verde, permite avanzar.

Aunque parezca tonto, muchas personas se confunden. Debemos entender que la prohibición o la permisión,  es tanto para los peatones, como para los vehículos; exceptuando el color ámbar, (amarillo), el cual para los peatones, significa detención, en cambio para los conductores, cuando estos están circulando por la senda peatonal, (y solo en está oportunidad), pueden proseguir la marcha, debido a que venía circulando con luz verde y al encenderse la luz amarilla sobre la senda peatonal, resulta complicada y peligrosa la detención brusca en el lugar. En esté punto, debemos aceptar que la luz amarilla, no es precaución, sino protección, pues estaría protegiendo al conductor hasta que termine de cruzar la encrucijada.

En nuestra triste realidad, podemos apreciar, casi comúnmente, que la gente acelera con la luz amarilla, en lugar de detenerse; por otro lado, los vehículos que vienen por la otra vía transversal, siguen circulando, cuando observan el color amarillo de la otra vía, sin esperar el color verde de su vía.

Debemos entender que si respetáramos los colores de los semáforos, sería casi imposible un accidente en una esquina. Es verdad, que a veces los colores no son bien visibles cuando el sol da de frente al semáforo, o por distintos motivos, se giran de su eje vertical, impidiendo una perfecta orientación; no obstante la responsabilidad es del conductor, y aunque tengamos el mejor tránsito, los mejores elementos lumínicos. la precaución o circulación precautória, debe ser la condición en la circulación.

 






















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